La impresionante arquitectura del monte Saint-Michel y su bahía hacen que se haya convertido en el sitio turístico más concurrido de Normandía y uno de los primeros de Francia, con una media anual de mas de 3 millones de visitantes. En la cumbre de la iglesia abacial se erige a 170 metros por encima de la orilla la estatua de San Miguel Arcángel.
Aunque se encuentra en Normandía, es un lugar turístico muy popular entre los turistas que alquilan alguno de los espléndidos apartamentos de Bretaña o ‘gites’ (albergues) que ofrece la región. Antes de modernizarse, cuando había marea alta, la ciudad quedaba completamente aislada, por lo que parecía ponerse a la cola en la lista de islas desiertas. Sin embargo, cuando la marea bajaba un poco, un puente de tierra natural emergía de las aguas, conectando la isla con tierra firme. Esta cualidad mística ha cautivado a visitantes de todas partes durante años.
Empiece por la Grand Rue. Ésta ha sido la ruta de peregrinación a la abadía desde el siglo XII. A lo largo de esta ruta serpenteante, asegúrese de visitar las tiendas de souvenirs, mantenerse hidratado y bien alimentado, ya que el camino a la abadía puede parecerse a hacer senderismo entre empujones, y no alejarse de la multitud. Una vez en lo alto de la impresionante arquitectura gótica y románica, sentirá que ha valido la pena haber hecho el camino con la ola de visitantes hasta llegar a la cima.
Actualmente y desde hace pocos años para poder acceder a esta isla en cualquier momento del día sin tener que depender de las mareas se ha instalando un puente para facilitar su acceso. Esta conexión hace siglos hubiera generado un conflicto ya que precisamente las mareas les protegían de cualquier ataque.
Mi sugerencia es que intente visitar la isla al anochecer para evitar la gran cantidad de visitantes que van por el día y ver como se ilumina la isla al tiempo que el sol se pone (vea la foto). También intente conseguir un tour guiado por la abadía para no perderse ningún detalle.
Este monte único, se convirtió en monumento histórico en 1862, años depués, en 1979 el Monte Saint-Michel se añadio al Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
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